El Código de Hammurabi contiene 282 leyes, un prólogo y un epílogo. Su lectura nos permite conocer el sistema jurídico mesopotámico, así como algunos aspectos de la vida social y económica imperante en ese lugar. Entre otras cuestiones, crea impuestos y regula el comercio; fija los salarios correspondientes a cada tipo de trabajador; establece límites de tiempo a la esclavitud por deudas y enumera delitos contra las personas y la propiedad. El código castiga muchos de esos delitos según el principio de la Ley del Talión: “ojo por ojo y diente por diente “. Esto implica infligir al infractor el mismo daño que ha ocasionado.
El CODIGO DE HAMMURABI

Las leyes del Código de Hammurabi eran de origen divino e inmutables. Eran reglas fundamentales, escritas para regular el día a día de los pueblos mesopotámicos y no sujetas a cambio ni por parte del mismísimo rey.
El Código de Hammurabi toma su nombre del monarca del mismo nombre que impulsó su elaboración. Está grabado en una estela de diorita, en cuya parte superior está representado el propio Hammurabi junto al dios Sol de Mesopotamia, Shamash. Las leyes están escritas debajo, en caracteres cuneiformes acadios.
Procede de la antigua Mesopotamia y fue tallado en un bloque de basalto de casi 2’50 metros de altura, muy probablemente en el año 1760 a.C. Inicialmente recibió cobijo en el templo de Sippar -actualmente Irak-, después viajó hasta Susa -ahora Juzestán, en Irán- y desde principios del siglo XX descansa en el Museo Louvre de París. ¿Qué es el Código de Hammurabi?
El Código de Hammurabi es uno de los conjuntos de leyes más antiguos y mejor conservados que existen. Sus normas, basadas en la aplicación de la ley del Talión, están talladas en piedra y, en su conjunto, son consideradas como la antesala de algunos conceptos jurídicos modernos.
Las leyes del Código de Hammurabi eran de origen divino e inmutables. Eran reglas fundamentales, escritas para regular el día a día de los pueblos mesopotámicos y no sujetas a cambio ni por parte del mismísimo rey.
El Código de Hammurabi toma su nombre del monarca del mismo nombre que impulsó su elaboración. Está grabado en una estela de diorita, en cuya parte superior está representado el propio Hammurabi junto al dios Sol de Mesopotamia, Shamash. Las leyes están escritas debajo, en caracteres cuneiformes acadios.
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